viernes, 8 de marzo de 2013

EL MARINO OQUENDO Y SUS PENDENICAS.

 

"Retaro de D. Antonio de Oquendo y Zandategui, padre del marino tosiriano D. Miguel de Oquendo y Molina y protagonista del duelo"
 
 
Hace ya unos años, en febrero del año 2010, tuve la ocasión de publicar en el nº 13 de la Revista Cultural Órdago de Torredonjimeno, una semblanza sobre los marinos Oquendo. En la misma hablaba yo del más famoso de todos ellos del conocido por D. Antonio de Oquendo. Escribí sobre su vida y su relación con Dª Ana de Molina, tosiriana de pro, que le dio, fruto de sus amoríos, un hijo natural, que andando el tiempo sería también marino. Le pondrían por nombre D. Miguel de Oquendo y Molina.
Hoy traigo a la bitácora del blog una anécdota sobre D. Antonio de Oquendo, extraída de “Las Noticias de Madrid” que lleva fecha de 20 de enero del año 1636. Dice así la curiosa noticia:
Estando el señor don Antonio de Oquendo oyendo misa en el buen Suceso, le truxeron un papel de parte de don Nicolás Judici Spínola, en que le desafiaba por ciertos disgustos que habían tenido en la mar, y diciéndole que le estaba esperando en Santa Bárbara con espada y daga. Respondió que haría con mucho gusto lo que don Nicolás le pedía; y se fue al Noviciado a confesar, y de ahí a Santa Bárbara, adonde halló a don Nicolás; y poniéndose entreambos a caballo caminaron adelante, y apeados se acuchillaron. “
 Oquendo no mató a su rival por la intervención de otras personas, mas no eso lo que interesa
 
 
"Estandarte de la Capitana que solía llevar en sus barcos D. Miguel de Oquendo y Molina
 

Lo que más llama la atención es como se las gastaban nuestros mayores del s. XVII. Uno te retaba, pues consideraba que “estabas mejor muerto” que vivo; el otro aceptaba el reto, confesaba sus pecados y ambos, juntos y a caballo, se marchan lejos de las miradas curiosas y de los entrometidos. Supongo que hablando del tiempo y de otras cuestiones banales. Al llegar a un sitio adecuado, uno descabalga de su montura, coge los arreos de “matar” y se lía a estocadas con el que hasta hace apenas unos segundos, había sido su compañero de viaje. “A daga y espada” dice “La Noticia”, que no es cualquier cosa esto de luchar teniendo en una mano una “toledana” y en la otra una “vizcaína”

L. Gómez




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