viernes, 31 de mayo de 2013

TORREDONJIMENO Y EL TORERO ANTONIO DE DIOS MORENO “CONEJITO”.


En la Revista Cultural Órdago de Torredonjimeno, se ha dado a conocer la relación existente desde antiguo entre Torredonjimeno y el mundo del Toro. Desde Lendínez, pedanía de nuestra localidad, en donde se podían contemplar reses bravas en sus corrales, al artículo de Manuel Fernández Espinosa “El toro de San Marcos” (Órdago, Nº 12, Marzo, 2009), donde nos ofrecía en primicia la noticia sobre la celebración de esta romería en nuestra localidad y su relación con la Virgen de Consolación. En ese mismo número, Luis Gómez nos hablaba en otro interesante artículo sobre la “Tauromaquia en Torredonjimeno”, donde nos narraba las peripecias de D. Juan del Prado y Valenzuela, un noble tosiriano cuyo oficio fue el de rejoneador en el lejano s. XVII.

"Rejoneador a caballo en el siglo XVIII. Aguafuerte de Goya"
 

Esta relación del toro y Torredonjimeno queda demostrada en los libros de las cofradías penitenciales de la localidad, donde se puede constatar la compra de este tipo de ganado para ser corrido por el pueblo, o los gastos que hacía el ayuntamiento para sufragar corridas de toros para deleite de sus vecinos.

Algunos de los toreros de mayor renombre de la época fueron los que visitaron la “plaza tosiriana” y ese el caso de Antonio de Dios Moreno “Conejito”.

Había nacido este matador en la vecina Córdoba un 18 de septiembre de 1871, tomando su alternativa en la jienense plaza de Linares, de la mano del célebre matador “Guerrita”, quien le cedería un morlaco de la ganadería de los Orozco. Ese día, delante de otro célebre torero, “El Bombita”, el diestro cordobés quedó formalmente proclamado como matador con cuadrilla propia. Corría el año 1895.



"El torero Antonio de Dios Moreno "Conejito" quien toreo reses bravas en Torredonjimeno el 27 de agosto de 1895"
 
 
Ese mismo año, durante el mes de agosto, “Conejito” con su cuadrilla, aparecería en la localidad tosiriana para lidiar varias reses bravas. Habremos de suponer que en una plaza o ruedo portátil, pues no consta que la localidad tuviese en esas fechas coso taurino propio; más fuese como fuese Antonio de Dios Moreno “Conejito” y su cuadrilla lidió varios toros en Torredonjimeno, para deleite y disfrute de los amantes del mundo del toro y de la Fiesta Nacional.  
“Conejito” ya se había “desfogao” en otras plazas como novillero, e incluso llegó a matar con espada antes de su alternativa linarense, como consta en su biografía y según era la costumbre en este oficio.

Cuentan los entendidos del mundo del toro, que “Conejito” fue un torero entregado, el cual se acercaba mucho al asta del toro en la suerte de matar, (de la que no era muy ducho) y posiblemente fue eso una de las causas por la que en su joven carrera por las plazas de España, tuvo muchos "sustos", siendo corneado en numerosas ocasiones y por ello “mermando sus posibilidades” como torero –dicen-.

 
"El diestro cordobés Rafael Guerra -Guerrita- diestro que dio la alternativa a Conejito"

Actuó junto a los grandes de la época, como “Chicuelo”, o el “Niño de la Palma”, dejando el mundo del torero un 10 de octubre de 1908 en una hermosa corrida.
El diestro cordobés, ascendería al Señor en su Córdoba natal, un 1 de junio de 1931, a la edad de 60 años.

Luis Gómez


martes, 28 de mayo de 2013

AQUELLOS PRIMEROS VIAJES EN EL TREN…

 
"Vista de la estación de Torredonjimeno y la Vía Verde"
 


Muchos de los jóvenes tosirianos de hoy en día pasean con sus bicicletas de montaña por la Vía Verde. Otros lo hacen a píe, dando un sencillo paseo en compañía de su mascota o de algún familiar o amigo.
Los menos jóvenes todavía recordamos las vías del tren. Las recordamos como venas de acero que se extendían a lo largo de ese espacio en una y otra dirección. Algunos incluso recordamos ver pasar el tren por Torredonjimeno, con su máquina de gasoil y sus vagones de pasajeros siguiéndole a la zaga. De tarde en tarde, algún gigantesco tren de mercancías pasaba por la localidad camino de Martos. 14 vagones, y hasta 44, llegó a contar en una ocasión éste que escribe, cuando de mozalbete, acudía junto a los amigos a los alrededores de la estación o junto al túnel que hay a pocos metros, camino de Torredelcampo.
Ver pasar el tren dentro de ese túnel era una hazaña que casi todos los de mi edad han hecho alguna vez. Supongo que era como un “rito de iniciación” un gesto de valor o algo parecido. Visto con los años, no era más que una tontería. Una peligrosa tontería, habría que matizar. Pero nada que no hayan hecho nuestros mayores e incluso superado.
Los más ancianos recordarán no sólo ese tren, sino los muchos que paraban por la localidad, y además los trenes que movía la fábrica de cemento, que como era normal en esos años, estaba a pleno rendimiento y sus locomotoras movían vagones llenos de sacos de cemento hacia la vía principal.
Todos estos recuerdos no serían posibles si en el año 1852 no se hubiese iniciado los trámites para solicitar que se trajese el tren a la provincia. Ese es el año en el que las autoridades y personal político de la provincia se plantean el que Jaén no esté ajena a las nuevas tecnologías, y por lo tanto se  vertebre su fisonomía con los ferrocarriles. Luego vendrán decretos y normativas y años en los que por una cosa y por otra, todo quedará en agua de borrajas. En 1871, todavía no hay nada concreto, y la vía que une Jaén con Martos, es todavía un sueño.  Tendrá que llegar el año 1893 para que la línea de tren esté concluida.
 
"Locomotora a vapor atravesando un viaducto"
 
Los primeros viajes, en locomotoras de carbón, con un trazado sinuoso, vagones sin mucha estabilidad y un sinfín de curvas a lo largo del recorrido, debieron ser un espectáculo sin igual para los viajeros de entonces. Y máxime si tenemos en cuenta que los que hoy son puentes de hierro, antes lo fueron de madera. Esos puentes servían para sortear los numerosos vados que tiene el camino férreo que unía Jaén con Torredonjimeno.
Los viajeros que se atrevían a subir en ese trayecto, debían tener un corazón a prueba de bombas si podían ver, sin bajarse de su asiento, como el convoy  atravesaba lento e inseguro por esos endebles maderos, suspendidos a decenas de metros de altura, y con un constante crujir de sus maderas y los vientos ululando a su alrededor. Ver la locomotora con todos sus vagones en ese sitio, debía ser un ejercicio no apto para cardíacos. Un espectáculo que daría miedo, pues las crónicas cuentan que ese trayecto era peligroso. Así lo refleja un diario de Cádiz, que el sábado 18 de marzo de 1893 escribía:

El trazado general de la línea, es pésimo, inseguro, con curvas increíbles. Los terraplenes, trincheras y desmontes se suceden uno tras otro, y como el suelo es arcilloso y la compañía ha hecho las obras sobre barato, resulta que viajar por la línea es un continuo sobresalto y reclama la previa redacción de un testamento.
Sobre todo la sección de Jaén a Martos constituye un verdadero camino al camposanto. El día que menos se piense ocurrirá alguna catástrofe de primer orden.
Torre del Campo, Torredonjimeno y Martos, presenciarán escenas de desolación si el gobierno no pone coto (como no pondrá, seguramente), a los abusos de la Compañía. Esta sección por humanidad, debe cerrarse al público, pues aun cuando sólo se usa de día, ofrece peligros en todos sus puntos.
Los trenes cruzan por él (los puentes de madera, en concreto el que hay a la salida de Torredelcampo) a paso de carretilla de baldado; los viajeros se apean y marchan junto al estribo, y cuando luego de salir de aquella “Funeraria” toma el convoy alguna velocidad, al querer subir a sus carruajes, hay mil sustos, caídas y riesgos. Creemos, en suma, que el gobierno debe enviar ingenieros exigentes que digan si puede seguir, en conciencia, la circulación de trenes, sobre todo en la sección de Jaén a Martos

Comparado con esto, lo que nosotros hacíamos de mozalbetes para demostrar nuestro valor, (ver pasar el tren desde el túnel, colocar piedras o chapas de cerveza en la vía del tren y demás) son minucias de aficionado. Eso si era valor…
Luis Gómez
 



lunes, 20 de mayo de 2013

LA JUNTA LOCAL DE LA COMUNIÓN TRADICIONALISTA TOSIRIANA DEL AÑO 1894

D. Manuel Peinado, vicesecretario de la Junta Local de la Comunión Tradicionalista de Torredonjimeno

DIOS, PATRIA, FUEROS Y REY 
EN TORREDONJIMENO

La historiografía tosiriana ha estado durante mucho tiempo lastrada por una interpretación interesada de nuestra historia local. En cuanto a la historia contemporánea (relativa al siglo XIX y XX) se ha impuesto por intereses ideológicos y políticos, la visión de un Torredonjimeno que fue liberal durante el siglo XIX (reduccionismo acrítico que no ha tenido en cuenta nada más que la inercia de la historia oficialista, cuando no las preferencias ideológicas de quienes han asumido esto sin mayor examen; y de este error óptico no se escapó ni D. Juan Montijano de la Chica). Hacia el final del siglo XIX y principios del XX se ensayó sobre el movimiento obrero (de signo marxista), ignorando los intentos que, desde la Doctrina Social de la Iglesia, se hicieron en Torredonjimeno para organizar un Círculo de Obreros Católicos (tema que nosotros descubrimos gracias a la colaboración de descendientes de carlistas que nos proporcionaron el documento fundacional, del que dimos cuenta en publicación impresa). Así es como se ha brindado una historia sesgada de nuestra localidad, soslayando el fenómeno que durante el siglo XIX constituye nuestra singularidad: nos referimos a la fuerte presencia carlista que llegará a prolongarse bien avanzado el siglo XX. Resultaba así que la existencia del famoso General D. Miguel Gómez Damas era como un dato aislado, exótico, extraño. Con nuestras indagaciones, el General D. Miguel Gómez Damas queda perfectamente contextualizado en una localidad que transpiraba carlismo por todos sus poros. Un carlismo muchas veces perseguido por las instituciones oficiales del liberalismo, pero alentado en el sagrado doméstico por quienes habían jurado en secreto permanecer fieles a la Causa a lo largo de siete generaciones.

Fue la revista cultural ÓRDAGO la que planteó, en el curso de varios números de la misma, una contestación a este estado de cosas. Todavía recordamos la sonrisa escéptica de cuantos leían en nuestras páginas que Torredonjimeno fue una localidad con una marcada presencia carlista en la población. En sus manuales de texto (confeccionados por la historia oficialista) el carlismo era cosa de Vascongadas, Navarra y ciertas partes de Cataluña y Levante. La pereza intelectual hacía el resto. A lo largo de nuestra andadura hemos profundizado lo bastante como para confirmar nuestra hipótesis con las pesquisas realizadas y, es más, trascendiendo los límites locales hemos llegado a suscitar en investigadores y estudiosos de la comarca el interés por el estudio del carlismo en sus respectivas localidades (Marmolejo, Porcuna, Jamilena, Torredelcampo, Castillo de Locubín, Alcalá la Real, Alcaudete...), convirtiéndonos así en la vanguardia de una renacencia de los estudios carlistas en el reino de Jaén y en Andalucía, contra tirios y troyanos.

Recientemente, el investigador de Jamilena, nuestro amigo José Carlos Gutiérrez, nos hacía llegar la fotografía de este interesante documento:

Como puede apreciarse se trata de un listado de carlistas, miembros de la Junta Local de la Comunión Tradicionalista (del año 1894). Este listado apareció en el periódico integrista "El Siglo Futuro" el 13 de marzo del año 1894. Por lo que podemos ver el carlismo gozaba de excelente salud en Torredonjimeno, incluso después de su última derrota.

Prestando atención a los apellidos de las personas que forman la lista nos encontramos a personajes locales perfectamente identificados: D. Juan Montijano, el secretario, es el padre del mismo D. Juan Montijano de la Chica. D. Manuel Peinado es hermano de D. Rufino Peinado, oficial carlista de Castillo de Locubín, interesante figura del carlismo jaenero que también ha sido estudiado por nosotros mismos. Las otras personas tienen descendencia entre nosotros, pero preferimos no pronunciarnos sobre su identidad por mor de ser discretos.

Son muchos los artículos que llevamos escritos sobre este asunto. Remitimos a varios números de ÓRDAGO para ahondar más en esta cuestión, que sigue siendo una cuestión prioritaria para nosotros, en tanto que estamos convencidos de que la recuperación de nuestra historia nos posibilita la conquista de nuestro futuro: de un futuro donde la propuesta tradicionalista vuelva a reaparecer con toda su fuerza entre los descendientes de aquellos que un día fueron tradicionalistas y que, por ignorancia y engaños, dejaron de serlo por haber sido embaucados por falsas soluciones políticas ajenas a nuestra idiosincrasia y procedentes del extranjero.

Manuel Fernández Espinosa

 
D. Rufino Peinado, hermano de Manuel Peinado, el vicesecretario de la Junta tradicionalista

 

lunes, 13 de mayo de 2013

EL PARQUE DEL PORTAZGO EN LA POESÍA DE ANTERO JIMÉNEZ

D. Antero Jiménez, profesor y poeta de Torredelcampo

Antero Jiménez Sánchez, el poeta torrecampeño, fue profesor de nuestro I.E.S. Santo Reino de Torredonjimeno, antiguo Instituto Laboral de Torredonjimeno. Hombre bueno a carta cabal. Con mayo florido nos hemos acordado de estos versos suyos que escribió para nuestro parque y publicó la revista PAISAJE en el año 1960. 

Nuestro hermoso parque fue motivo de inspiración recurrente en el poeta torrecampeño, que tanto lo paseó pese a su cojera. Por cierto, nuestro parque todavía no tiene más nombre que el perogrullesco título de "parque". Es como si tantos y tantos equipos de gobierno municipal -tantos como cuantos se han sucedido a lo largo del tiempo- estuvieran achacosos de una imposibilidad imaginativa irremediable. Hemos propuesto muchas veces que este parque reciba el nombre de Parque del Portazgo (por llamarse originalmente así el lugar sobre el que se hizo) y tampoco estaría mal -ya puestos- que una lápida conmemorativa recordara a todos que este pulmón y lugar de esparcimiento que tiene nuestra localidad lo hizo todo el pueblo (en lo que antaño se llamaba una "hacendera"), siendo a la sazón alcalde de Torredonjimeno D. César Gallo. Los versos de Antero Jiménez evocan así una mañana de la primavera de 1960.

Una vieja postal con la entrada principal al Parque del Portazgo (Torredonjimeno)


PARQUE DE TORREDONJIMENO

Mañana de Primavera...
Cruzo, despacioso, el parque,
tranqueando con mi pierna.
La luz y las frondas ponen
encajes sobre la arena...

Voy sorbiendo en la mañana
radiante de luz, serena,
el aire fresco de Mayo
bajo la espesa arboleda.

Bandadas de gorriones,
que delante de mí vuelan
y alborotan sobre el blanco
de los asientos de piedra,
no me huyen porque han visto
muy de cerca mi cojera.

Luego, cuando vuelvo... el Parque
está amarillo de siesta...
y se han dormido las rosas...
En su calma soñolienta
sólo se siente el cansino
golpear de mi muleta.

Jardinero -voy pensando-,
¿si con tus grandes tijeras
de podar, llegaras presto
y me cortaras la pierna...?
¡Tal vez brotara de nuevo
al llegar la Primavera!

Antero Jiménez.


viernes, 10 de mayo de 2013

EL AÑO JUBILAR DE SAN JUAN DE ÁVILA

"Cuadro que represetna a San Juan de Ávila. En el año 2012 fue proclamado nuevo Doctor de la Iglesia Universal por SS Benedicto XVI"
 


Este año 2013, tenemos la gracia de poder contar con un nuevo Doctor de la Iglesia: San Juan de Ávila, quien junto con Santa Hildegarda de Bingen, fueron proclamados Doctores por Su Santidad Benedicto XVI.
Gracias a esto, hasta la presente, los católicos podemos contar con 35 Doctores de la Iglesia Universal.
Para poder ser proclamado Doctor de la Iglesia, se ha de ser Santo, y ser proclamado por un Concilio del doctorado o por un Papa. Teniendo esto en cuenta, no pueden ser proclamados doctores aquellos cuyas enseñanzas no sean intemporales, sino que se remitan exclusivamente a una determina­da época. Con esta proclamación, la Iglesia nos dice a todos los fieles que San Juan de Ávila, como Santa Teresa de Jesús o Santa Hildegarda de Bingen proponen una enseñanza moderna, siempre actual, que nos sirve para acercarnos en todo tiem­po a Cristo
Nacido en Almodóvar del Campo (C. Real) en el año 1500, desde el principio llevó una vida sencilla y dedicada a la meditación y a Dios. Sus progenitores Alfonso de Ávila (del que se decía que procedía de ascendencia judía) y Catalina Gijón contaban con unas minas de plata en Sierra Morena. Juan de Ávila inicia sus estudios en Salamanca, pero luego de un tiempo, abandona y regresa a su localidad natal para hacer penitencia. Se ordena sacerdote, vende sus posesiones y reparte el dinero entre los pobres.
San Juan de Ávila gozó de gran predicamento entre sus compañeros sacerdotes, los cuales lo estimaban y lo acompañaban en sus misiones. Oían sus sermones y algunos como Fray Luis de Granada, hasta tomaba apuntes.



 "Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Almodóvar del Campo, C. Real"
 
Durante su vida, San Juan de Ávila, tuvo la gracia de estar rodeado de innumerables religiosos que andando el tiempo la Santa Madre Iglesia elevaría a los altares en calidad de santos, entre ellos: San Juan de Dios, -del que dicen que se convirtió al oír un sermón del santo manchego-, San Juan de la Cruz, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús, San Francisco de Borja, San Pedro de Alcántara…
Pero la vida de santidad no es fácil. El Demonio que no descansa, hizo que San Juan de Ávila despertase el pecado de la envidia entre algunos desalmados, quienes denunciaron a la Santa Inquisición al santo. San Juan de Ávila es llevado preso y encarcelado. Se le acusaba de “erasmista”, quizás debido a su paso por Alcalá. Durante su estancia en la cárcel, aprovecha para profundizar más en su espiritualidad. Fue acusado por cinco individuos, y frente a las cinco acusaciones se presentaron cincuenta y cinco testigos que declararon a su favor. Ante la abrumadora evidencia, la Inquisición lo absolvió. Le ordenó que acudiese a los sitios donde se presumía que hubiera podido predicar y haber despertado alguna confusión y que aclarara el asunto, lo cual hizo con suma humildad. La multitud recibió al santo a la puerta de la cárcel tras su absolución.
San Juan de Ávila es llamado “Apóstol de Andalucía”, ya que en 1527, estando a punto de embarcarse para ir a misionar las provincias de ultramar, es llamado para que se quede y evangelice Andalucía. San Juan obedece y se entrega a ello con pasión.

"Basílica SAntuario San Juan de Ávila en la cordobesa localidad de Montilla, donde falleció el Santo maestro Ávila"
 
San Juan de Ávila fallecerá en Montilla un 10 de mayo de 1569.
Este año 2013, los que visiten las localidades de Almodóvar del Campo o Montilla,  pueden ganar el Jubileo que goza además de Indulgencia Plenaria.
Esta gracia extraordinaria nos asegura la remisión total de nuestros pecados y de la huella negativa con que éstos gravan nuestra vocación bautismal al reproducir la imagen de Cristo y ser sus testigos.
La indulgencia puede recibirse para uno mismo y también puede ofrecerse solidariamente por los difuntos. El modo de acoger este don restaurador es celebrar la confesión sacramental (que puede hacerse ocho días antes u ocho días después de participar en la Misa Jubilar); recibir la Comunión Eucarística y orar por las intenciones del Papa
Luis Gómez

sábado, 4 de mayo de 2013

TORREDONJIMENO 2013. LA CRUZ DE MAYO

 
"Constantino y la Cruz: in hoc signo vinces"
 
Como ocurre con tantas y tantas cosas hoy en día, la fiesta de la Santa Cruz o “Cruz de Mayo”, es una tradición que en algunas localidades de España, donde antes era más habitual, se está perdiendo, mientras que en otras, por amor al folklore, la fiesta, y la parranda, se impone sin que sea allí una tradición antigua y si algo novedoso. Pero claro, el jolgorio y la parranda tabernaria parece ser que puede más que la tradición.
En Granada y su provincia, o en Córdoba y sus localidades, es una fiesta de la que, -amén gracias-, podemos ver que la tradición se conserva sin grandes problemas. Por el contrario, en Jaén y en algunos de sus pueblos, es otra cuestión.
Los orígenes de esta festividad se remontan a la era de Constantino I o “Constantino el Grande” allá por el año 306 poco más o menos. Cuenta la tradición, que las tropas de Constantino hubieron de vérsealas con un gran ejército enemigo, y Constantino vio que no las tenía todas consigo, es más, se sabía perdedor en el envite. Antes del enfrentamiento, cuenta la leyenda, que Constantino tuvo un sueño en el cual se le apareció una cruz brillante delante de su ejército con el lema “in hoc signo vinces” (con este signo vencerás). Constantino hizo caso de su revelación, y colocó esa cruz delante de su ejército. El resultado fue favorable a sus armas, y desde entonces, con más o menos modificaciones, se celebra esta tradición en muchos países del mundo.
Pero no importa ahora mucho este tipo de cuestiones.
Lo cierto es que en localidades como Torredonjimeno, la fiesta de la “Cruz de Mayo” ha tenido sus altibajos a lo largo de los años, siendo en ésta última etapa de finales del siglo XX y principios del XXI, cuando más se celebra esta fiesta en la localidad, debido quizás, a que gran parte de la juventud ha estudiado en las universidades de Granada o de Córdoba, donde si tienen un gran arraigo, y convirtiéndose así esos estudiantes en los grandes exportadores de esta fiesta.
En estos años, lo más usual era que las peñas o cofradías, instalasen en sus locales este tipo de cruz, para así poder ingresar, -vía barra de bar-, algunos dineros con los que sufragar los gastos que la cofradía genera a lo largo de todo el año.



"Cruz de Mayo en el patio de una casa de Torredonjimeno en 2013"
 


En este año 2013, ha sido de destacar la Cruz de Mayo de la calle Cerca Baja. No es el tipo de cruz monumental u ostentosa, más propia de las peñas de barrio o de las cofradías de Semana Santa, sino todo lo contrario. El estilo de esta Cruz de la que hablamos corresponde más al tipo de cruz de “patio cordobés” o rincón granadino.
En un recoleto rincón de Torredonjimeno, en una casa cuyo pequeño patio da acceso a la vivienda, se puede contemplar en este año la cruz de la que estamos hablando. Enhiesta, sencilla, adornada como en la mejor tradición de los patios cordobeses o granadinos. Las paredes blancas, impolutas. Llenas de platos y de macetas cuyas flores cuelgan de sus paredes como si de un mosaico se tratase. Al pie de la cruz, más macetas y unas sencillas velas. A su lado, un candelabro y una silla con su guitarra y un sombrero. Algunos vistosos mantones y el tradicional “pero” o manzana con las tijeras incrustadas, que según la tradición, es para evitar los “peros” o reproches que este tipo de visión suele suscitar entre los curiosos.  
Ojalá, la tradición, se conserve y se perpetúe, generación tras generación, por muchos años.
L. Gómez