lunes, 26 de agosto de 2013

EL PARTIDO INTEGRISTA CATÓLICO EN NUESTRA COMARCA

Juan Manuel Orti y Lara, natural de Marmolejo, filósofo neotomista y destacado miembro del Partido Integrista
EL PARTIDO INTEGRISTA CATÓLICO EN MARTOS, JAMILENA, SANTIAGO DE CALATRAVA, PORCUNA Y TORREDONJIMENO. (SEGUIDO DE UNA NOTICIA DE LA ASAMBLEA GENERAL DEL PARTIDO INTEGRISTA DE 1893)
El tradicionalismo, como partido de ideología conservadora, sufrió diversas mutaciones y cambios internos a lo largo del siglo XIX.
Ramón Nocedal y Romea nació en 1842. Era hijo del también político Cándido Nocedal y se le tiene por el fundador de lo que en el panorama político decimonónico se llegará a denominar “partido Integrista o Tradicionalista”. El término "integrista" ha pasado al vocabulario mundial, teniendo origen español, pero depauperando su significado y cargándolo de un sentido negativo. Hoy, cuando leemos "integrista" entendemos el vocablo como sinónimo de "fundamentalista" y "fanático", con una carga peyorativa imposible de soslayar; sin embargo, el "integrismo" español solo reclamaba la pureza de los principios y una adhesión íntegra (=entera) a ellos, sin permitir que se corrompieran por las conveniencias y tejemanejes de los oportunistas que vivían de la política. En modo alguno eran hombres violentos ni cerriles: el ejemplo es que nuestro paisano Juan Manuel Orti y Lara (Marmolejo, 1826 - 1904) fue uno de los más señalados del Partido Integrista y su cultura estaba avalada por su ejercicio periodístico y su alto magisterio en Filosofía (fue uno de los más contundentes opositores al krausismo).
Nocedal tuvo serias disputas internas con los otros católicos que formaban parte de las demás fuerzas políticas católicas, e incluso llegó a tildar de “liberal” al propio Carlos VII. Es entonces, cuando el Duque de Madrid, toma la decisión de expulsar a los “rebeldes” firmando el que se denominaría “Manifiesto de Loredán” (10 de julio de 1888). Nocedal respondió por su parte con la “Manifestación de Burgos” (25 de junio de 1889) donde expondría los puntos de lo que a la postre será la creación del “Partido Tradicionalista o Integrista
LOS PARTIDOS POLÍTICOS DE CORTE CATÓLICO DURANTE EL SIGLO XIX
Los católicos, partidarios de esta visión política para la salvación de España, se repartían por diversas agrupaciones a lo largo y ancho del país, casi siempre bajo el nombre de "Círculo". El grupo más numeroso los constituía la Comunión Católica Monárquica, pero debido a las disensiones internas, a finales del s. XIX (en el año 1889), dicho partido sufre una escisión que dará lugar a la formación del Partido Católico Nacional, comandado por el periodista y político D. Ramón Nocedal, hijo del también político Cándido Nocedal, más arriba referidos. Esta nueva formación, será denominada por la prensa y de forma oficiosa como “partido integrista”. A principios de 1875, Cándido Nocedal y su hijo Ramón, fundaron el diario “El Siglo Futuro” con la finalidad de “contrarrestar las campañas de los sectores católicos, en particular el capitaneado por Alejandro Pidal, partidarios de una acción política posibilista” nos dice Carlos González Cuevas. Y es que hay que tener en cuenta, que durante el gobierno de Cánovas del Castillo, éste pretendía –y así lo hizo- que se unificasen las fuerzas políticas españolas para poder hacer realidad su sueño: el Turnismo, a modo y semejanza de los partidos ingleses a los que admiraba. Es decir, dos fuerzas políticas de diferente signo ideológico, pero con la misma visión en lo central, es decir, la visión de Estado y los intereses comunes de éste turnándose pacíficamente previo acuerdo, mientras se enriquecían a manos llenas a costa del país. Eso nunca funcionó en España y aquellos años pasaron como los más corruptos de la época (nada que ver con lo que hay en el panorama actual, por cierto).
Éste era el estado del conservadurismo decimonónico, cuando esta nueva acción política de Nocedal provocó una nueva disputa entre el sector tradicionalista que hizo que las fuerzas se decantasen según las tesis de sus líderes. De una parte estaban los partidarios del retraimiento político: estos eran más partidarios de una nueva acción militar “carlista” que de la participación activa en la vida política del país. Otros, por el contrario, eran más partidarios de la vía legal, aunque éstos tenían una escasa influencia en la sociedad. En 1879 se impuso la visión de Nocedal, favorable como hemos dicho, al retraimiento; mientras que en el otro sector, representado por Ceferino Suárez Bravo, Vicente de la Hoz y el Conde de Orgaz, se estaba a favor de la participación electoral. A estos dos grupos hay que unir el que pretendía transigir con la política vigente y era partidario de la realización de pactos políticos con los gobernantes del momento, facción que era la que comandaba el político Alejandro Pidal Mon.

Alejandro Pidal y Mon
Pidal fue organizando bajo su dirección lo que vino en llamarse “Unión Católica”. En un principio, ésta formación contó con algunos sectores intelectuales y de la aristocracia del momento (Ortí y Lara y Menéndez y Pelayo entre otros) pero al poco, y viendo la deriva “pactista” de dicho partido, se alejaron y no continuaron prestando su apoyo a dicha  formación pidaliana y mucho más, cuando éste llegó a ser Ministro de Fomento del Gobierno de Cánovas del Castillo.
La formación política de la Unión Católica se constituyó orgánicamente de una Junta Superior Directiva en la capital de España; además se establecieron también Juntas Diocesanas en las capitales de provincia y posteriormente, juntas locales. A esta organización le vino muy bien la unión de los Círculos de Obreros Católicos, que fundara en Córdoba en 1877 el cardenal Ceferino González y cuyos integrantes y directivas terminaron por unirse a la formación de la Unión Católica.
Según Pedro Carlos González Cuevas “La Unión Católica tuvo la clara virtualidad histórica de servir de freno a las posiciones extremistas del tradicionalismo carlista, privándole de la representación exclusiva de los interés católicos”. Las críticas a Pidal y Mon vinieron de todos los sectores. Uno de los más críticos fue Félix Sardá y Salvany, director de la “Revista Popular” y padre intelectual del “integrismo” que escribió el memorable ensayo "El liberalismo es pecado".
Ramón Nocedal

El Partido Tradicionalista se organizó formalmente en agosto de 1889, con Ramón Nocedal como presidente, Ortí y Lara como vicepresidente, Javier Rodríguez de Vera, José Pérez de Guzmán, Fernando Fernández de Velasco, Ramón M. Alvarado, vocales; y Liborio Romery, secretario. Se optó por un sistema de juntas coordinadas para una junta central, esquema que había adoptado así mismo el carlismo, cuya reestructuración dirigida por el Marqués de Cerralbo, estimuló, sin duda, a la de los integristas”, nos dice Jordi Canal en su libro “El Carlismo
Es este mismo autor, quien nos dice y nos da cuenta de lo que sigue: “El declive del integrismo como opción política empezó en 1893, coincidiendo con la asamblea que reeligió a Ramón Nocedal como jefe. Ortí y Lara abandonó el partido, y poco después lo harían destacados miembros como el director del periódico navarro “El Tradicionalista”, Francisco María de las Rivas, además de Campión y Gil Delgado. A todos ellos se añadiría en 1896 el emblemático Sardá y Salvany. (…) El integrismo persistiría en una posición marginal en el terreno político, conservando no obstante una cierta influencia en lo publicístico”.
Al hilo de esto y por la influencia que tuvo en la comarca, traemos en esta ocasión a nuestro BLOG DE CASSIA la noticia de la asamblea general del Partido Tradicionalista de 1893, donde se especifican las personas que representan a este partido en las Juntas Regionales, incluidas las de Jamilena, Torredonjimeno Santiago de Calatrava y Porcuna, entre otras. 
Luis Gómez
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DOCUMENTACIÓN
“El Siglo Futuro, Sábado, 24/06/1893
Asamblea general del Partido Tradicionalista en 1893
ACTA.
JUNTA PEPARATORIA.
En Madrid, á 8 de Junio de 1893, víspera de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, acudiendo á la convocatoria del Presidente de la Junta Central del partido tradicionalista, se reunieron á las siete de la tarde en el local de la Asociación Integrista de esta villa, sito en la casa núm. 29 de la calle de la Luna, los señores que más adelante se relacionan con la representación y carácter que también se expresa. Ocupada la presidencia por el Sr. Nocedal, rogó á un sacerdote que abriera la Asamblea con las preces oportunas. La numerosísima concurrencia que asistía a la sesión con los representantes de las Juntas, y llenaba el amplio salón, se arrodilló ante el Corazón de Jesús que ocupa el testero de preferencia, y rezó el Veni Creator. El Presidente dio cuenta en seguida del objeto de la Asamblea, que es, principalmente, cumplir la base establecida por la Asamblea anterior, según la cual debía reunirse á los cinco años y renovar la dirección superior del partido: con todo lo demás que los señores apoderados quisieran proponer. A propuesta del Presidente acordó la Asamblea asistir en cuerpo á una Misa de Comunión que se celebraría á la mañana siguiente, fiesta del Sagrado Corazón, en el Oratorio del Caballero de Gracia. Y determinó celebrar dos sesiones diarias, una por la mañana, que empezase á las diez, y otra por la tarde, á las siete.
A propuesta de varios individuos dé la Asamblea se dio un amplísimo y absoluto voto de gracias y confianza á D, Ramón Nocedal por su conducta política hasta el día, en cuantos actos ha realizado como jefe del partido tradicionalista, y en la prensa, en el Congreso y en sus trabajos de propaganda; haciéndole extensivo al ex-diputado á Cortes Sr. D. Liborio Ramery, que tan eficaz y valiosamente cooperó en el Parlamento y fuera de él a la defensa y propaganda del partido. También se acordó consignar en la presente acta la satisfacción con que el partido ha visto la conducta observada por el periódico órgano del partido integrista EL SIGLO FUTURO, al interpretar y desarrollar el programa político del integrismo, especialmente en estos últimos días El Sr. D, Juan Manuel Ortí y Lara usó de la palabra y expuso su juicio sobre la conducta del partido, en lo religioso y lo político, en relación consigo mismo y respecto á la unión de los católicos, y con entera subordinación en todo á las enseñanzas, los mandatos y deseos del Papa y los Obispos. Seguidamente se presentaron varias proposiciones á la deliberación de la Asamblea, que acordó el nombramiento de comisiones que las estudiaran detenidamente y diesen dictamen sobre ellas. Para el nombramiento de las comisiones se resolvió que los representantes de cada Región designasen para cada comisión un individuo. Examinados los poderes de los representantes, se procedió á la lectura de los apoderados, quedando la Asamblea constituida con las siguientes representaciones
JUNTA CENTRAL.
D. Ramón Nocedal, Presidente.—D, Juan Manuel Ortí y Lara, Vicepresidente.—D. Liborio Ramery, Vocal.—D. José Pérez de Guzmán, Id.—D. Carlos Gil Delgado y Tacón, Ídem.
REPRESENTADOS POR EL SEÑOR NOCEDAL.
D. Javier Rodríguez de Vera, Vocal.Don Fernando Fernández de Velasco, Id.—Don Ramón María Alvarado, Id.
JUNTAS REGIONALES
Francisco de Paula Quílez, Vicepresidente de la Regiomal.-D. Manuel Peinado,  la Regional y apoderado de Castillo de Locubín y de Villardompardo.—D. José María Sardoica, de Linares.—D. José Fernández Naranjo, id.Señor conde de Prado, de Arjona, Villanueva de la Reina y otros puebles del distrito de Andújar.— D. Emilio Mariscal y Mendoza, de Jaén y apoderado de las juntas de Martos, Torredonjimeno. Porcuna, Valdepeñas, Jamilena, Santiago de Calatrava, Fuensanta, Mancha Real y de D. Tomás Serrano, de Villacarrillo
BIBLIOGRAFÍA:

GONZÁLEZ CUEVAS, Pedro Carlos. “Historia de las derechas españolas. De la Ilustración a nuestros días” Biblioteca Nueva, Madrid, 2000
COMELLAS, José Luis. “Cánovas del Castillo” Ariel S.A. Barcelona, 1997
CANAL, Jordi. “El Carlismo. Dos siglos de contrarrevolución en España”. Alianza Editorial, Barcelona, 2000

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