jueves, 17 de abril de 2014

NOTAS A LA ANTIGÜEDAD Y DEVOCIÓN DE NUESTRA ERMITA DEL CALVARIO

Foto: Ermita del Calvario.
Ermita del Santísimo Cristo del Calvario


Manuel Fernández Espinosa

San Jerónimo refiere (340-420) que los peregrinos que llegaban a Jerusalén visitaban con mucha devoción los lugares en que todavía se recordaban los momentos más significativos del camino que hizo Jesucristo con la cruz a cuestas. Estos momentos se llamarían más tarde "Estaciones" y formarían el Via Crucis. El año 1342 se les concedería a los franciscanos la custodia de los Santos Lugares y serían estos los que más empeño pondrían en propagar esta antiquísima tradición, estableciendo las Estaciones y erigiendo Calvarios por toda la Cristiandad.

Los documentos escritos concernientes al Via Crucis de nuestro Calvario han sido estudiados por Francisco José Téllez Anguita y sus conclusiones, a fecha del año 2001, llevan a suponer con mucha probabilidad que la tradición del Via Crucis en el Monte Calvario se instaurara, al menos de un modo oficial, entre 1721 y 1723.


Foto: Interior de la ermita.
Interior de la ermita.


En efecto fue por abril de 1721 cuando el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba daba la autorización al cabildo de Torredonjimeno para que se trasladara con la mayor decencia el llamado Cristo del Humilladero (que se hallaba "en depósito" en la ermita de San Cristóbal) a la ermita nueva que se encaramaba en el cerro y que es la que hoy existe. Esta ermita pasaría a denominarse Ermita del Cristo del Humilladero.
 
La pre-existencia del Cristo del Humilladero (se hace constar que estaba en depósito en la ermita de San Cristóbal, antes de pasar a la ermita del Calvario) permite que podamos suponer que el ejercicio del Via Crucis existiría en Torredonjimeno con anterioridad a 1721 que es cuando se erige la Via Dolorosa , puesto que tenemos que tener en cuenta que los llamados Humilladeros (además de ser comúnmente el rollo o picota donde se ejecutaba a los reos) era un lugar de devoción al Santísimo Cristo crucificado, su emplazamiento solía estar a la salida de los pueblos y era el destino de quienes realizaban el piadoso ejercicio del Camino de la Cruz. 


Foto: Devota Cruz del Calvario de Torredonjimeno.
Una de las artísticas y originales cruces del Via Crucis, la única que se libró de la destrucción en 1936: Corresponde a la Undécima Estación: Jesús es clavado en la cruz.

Uno de los tosirianos que más se destacó en el acrecentamiento de la ermita del Santísimo Cristo del Calvario fue Marcos de Guevara. Poco sabemos de este vecino, pero podemos estar seguros de que en fechas de la fundación del Via Crucis del Calvario (principios del siglo XVIII) fue uno de los más comprometidos en hacer del Calvario un lugar de devoción local. La Cofradía del Santísimo Cristo de la Sentencia se obligó en sus estatutos a "rezar las cruces", subiendo al Calvario tras la procesión del Viernes Santo.
 
Como dato curioso digamos que el actual Cristo Crucificado que se venera en la ermita lo trajimos Antonio Ureña, mi amigo Luis Gómez y yo de una casa de retiros de la Archidiócesis de Braga (Portugal). También es oportuno recordar que frente a este Crucificado que tenemos en nuestra ermita rezó no pocas veces la Hermana María Lucía de Jesús y del Inmaculado Corazón (en el siglo Lucía dos Santos), una de los tres famosos pastorcitos de Fátima que tantos favores recibieron de la Virgen María. La Hermana Lucía está hoy en proceso de beatificación.

Aquí ofrecemos un enlace, para pedir la beatificación de la Hermana Lucía, encomendándonos a ella.
 
Juan Pablo II y la Hermana Lucía, que rezó al Cristo que actualmente veneramos en la ermita de nuestro Calvario


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