sábado, 24 de enero de 2015

IN MEMORIAM DON JUAN PÁRRAGA BARRANCO


"Una de las últimas fotografías  en las que se ve a D. Juan Párraga, en la presentación de su libro Vida de un cura Feliz "


 Luis Gómez y Manuel Fernández

Este mes de enero, el día 16, nos dejó el que fuera párroco de San Pedro de Torredonjimeno D. Juan Párraga Barranco.

Don Juan recaló en la localidad por decisión del que por entonces fuera obispo de Jaén D. Santiago García Aracil. Tras una reforma del sacerdocio de la diócesis, estimó oportuno que el que por ese entonces era titular de San Pedro de Torredonjimeno, D. Manuel Peláez, pasase de arcipreste a vicario de la localidad de Villacarrillo y en su sustitución viniese D. Juan Párraga.

No lo tenía fácil, y no era pequeña la tarea que se le encomendaba a don Juan. D. Manuel ya había recibido la orden del obispado de erigir un nuevo templo en el barrio del Olivo, pero con su traslado, todo quedaba en suspenso. Todo quedaba por hacer para el sucesor.

D. Juan, hombre activo y emprendedor donde los haya, no tenía ya la juventud ni la fortaleza de antaño, cuando había levantado las casas de retiro y para monaguillos en Ibros y Baeza, pero aceptó el reto y se puso manos a la obra. 


"Fachada de la Iglesia de Nuestra Señora del Olivo de Torredonjimeno. Templo que realizó D. Juan Párraga para Torredonjimeno"

Fue en San Pedro donde nos lo encontramos, y desde ese día, una amistad sincera nos unió. Continuamos con la labor que llevábamos realizando con la edición de la hoja parroquial “El Apóstol de San Pedro”, pero que don Juan elevó de categoría de revista y la llevó a la imprenta. En dicha publicación se recoge, casi por completo, las grandes reformas que llevó a cabo en nuestro pueblo este gran párroco. Mes a mes y de una forma casi titánica y sin descanso.  Si había algo que tenía don Juan por encima de todo era su tesón y su intensa capacidad de trabajo.

Tanto unas obras como otras eran polémicas, pues la deuda de San Pedro crecía de forma exponencial para poder llevar a cabo tan magna labor y la capacidad de generar ingresos de una modesta parroquia como es la de San Pedro, no era muy grande.

En los consejos pastorales, los colaboradores mostrábamos nuestras diferencias  para con don Juan, más casi siempre, él llevaba a cabo sus proyectos adelante, pues creía más en sus posibilidades y en Dios que los demás que allí estábamos.

Así que se puso manos a la obra, -nunca mejor dicho-, y se embarcó en la edificación del templo de Nuestra Señora del Olivo. Obra que fue haciéndose poco a poco hasta su terminación y su bendición por parte del Obispo don Santiago. 


"Ermita del Calvario. Restaurada y puesta en valor gracias a D. Juan Párraga"


"Cristo del Calvario. Antonio Ureña lo trajo de Portugal para goce y disfrute de los tosirianos"

De don Juan recordamos particularmente los viajes a Portugal, a Braga o a Fátima, para recuperar los magníficos azulejos portugueses que adornan el Vía Crucis de la Iglesia del Olivo.

El Calvario fue su otra gran obra. Ermita en estado de ruina y abandono durante decenios, fue levantada de nuevo con gusto y celeridad, convirtiendo, otra vez, El Calvario, en un monte de paseo y recreo para cientos de tosirianos.

El crucifijo que decora la capilla del mismo, es de Portugal. Allí fuimos a buscarlo junto al gran colaborador de don Juan en esos proyectos, Antonio Ureña y él sería el encargado de traerlo en otro viaje. 


"D. Juan con Dª Ana Garrido Navarro. Loperana que en el año 2001 era Presidenta de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Cataluña".

No sólo se reformó el Calvario o se levantó el templo del Olivo. Hoy es corriente que  los días de ordinario se celebren misas en San Pedro en la Capilla que dicho templo posee en la calle San Pedro. Fue idea y obra de don Juan la reforma que se experimentó en ese lugar y a él se la debemos todos los devotos tosirianos. Una capilla donde se expone el Santísimo y donde los fieles podemos rezar en recogimiento y oración.

Por delante quedan viajes y más viajes. Si algo caracterizó la estancia de don Juan en Torredonjimeno es su gran capacidad para viajar. Viajes a Pamplona, donde se realizaba frecuentes chequeos médicos. A Barcelona, a presidir la romería de la Virgen de la Cabeza que celebran los emigrantes andaluces en esa ciudad y a la cual le invitaron. Campamentos o colonias juveniles en Andújar, en el Cerro del Cabezo, donde los jóvenes que lo desearon disponían de unos días de recreo y descanso estival.


"Cocinas del Centro pastoral de la Iglesia del Olivo, obra de don Juan Párraga"

Otra gran labor realizada por D. Juan fue la dotación de cocinas y equipamientos para el centro pastoral de Nª Sra. Del Olivo. Gracias a ello se aprovecharon las instalaciones y se pudieron ofrecer comidas y cenas benéficas para recaudar fondos. Y así un largo etcétera de actividades que don Juan llevaba a cabo a lo largo de su vida y que le obligaba a sufrir un ritmo de vida muy superior al de sus menguadas fuerzas físicas. 

Sirva este pequeño artículo de homenaje y recuerdo de su memoria.

Descanse en paz, don Juan Párraga Barraco y alúmbrele luz perpetua.